- Hola. ¿Cómo estás?. Qué ganas tenía de volver a verte..Se me ha hecho muy largo todo este tiempo.
El joven bajó la mirada y se metió las manos en los bolsillos. Sacó una castaña.
- Mira, qué gracia. ¿Sabes cuánto tiempo lleva esto aquí?. Un año, un año exactamente. Desde la última vez que nos vimos. Compré un cucurucho a una castañera en Lavapiés ¿te acuerdas que te lo conté?. No quise volver a ponerme esta chaqueta desde entonces. Y mira, volver a ti, a ese día gris del otoño de Madrid. Se cierra el círculo.
Estoy muy solo. Te echo mucho de menos. Ya lo hemos hablado otras veces pero yo no puedo cambiar las cosas. Estaré loco como me dicen muchos. Sí, puede que lo esté. Pero mi realidad eres tú y eso no puedo negarlo, ni obviarlo siquiera. ¿Es que puedo vivir sin ti?. ¡No!. Cada día, cada minuto de cada día, cada segundo estás en mi cabeza. Te necesito para levantarme, para trabajar, para relacionarme con los demás. Sin ti no soy nada. Eres mi novia. Mi futuro. Sólo te tengo a ti. Sin mi novia no soy nadie. Todos están deseando conocerte, y yo les pido paciencia, una y otra vez, pero no podemos esperar más.
El muchacho bajó la voz. Se dio cuenta de que lo miraban. Guardó silencio un momento y prosiguió.
-A veces pienso que no me quieres, pero no. Eso no puede ser. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y ha habido muchas ocasiones en las que habrías podido abrirme los ojos respecto a tus verdaderos sentimientos hacia mí, si es que fueran esos. Y no lo has hecho. No, no, no. Si no me quisieras yo ya lo sabría. Claro que me quieres.
Dios mío, qué guapa estás con ese vestido. Te reirás de mí, pero sabía que hoy te pondrías ese vestido. Sí, ríete, ríete. Lo sabía. ¡Y el abanico!, sobre el abanico tenía dudas, pero ahí está. Qué belleza Dios mío, qué guapa estás.
El joven suspiró, el suspiro más hondo que jamás se haya escuchado. Después, miró fíjamente a los ojos de la muchacha.
- Ven, dame la mano.
Y le tendió la mano con determinación.
- Dame la mano por favor, sin juegos. Dame la mano….Soy un hombre. No juegues más conmigo….¡Dame la mano te digo!
Varias personas habían estado presenciando la escena, y poco a poco se fue acercando más gente. El muchacho se giró hacia ellos y gritó,
- ¿Qué hacen ustedes ahí?, ¡déjennos en paz, esto no es asunto suyo!
Y se volvió de nuevo a la muchacha.
- ¡¡Dame la mano ya, o te mato!!, ¡estoy dispuesto a matarte si no me hablas hoy!. ¿No?, ¿No?.
Sacó una navaja automática del bolsillo y la abrió en un clic. Una mujer uniformada se acercó corriendo
-¿Qué hace?, ¡atrás!, ¡atrás!, ¡eso es una obra de arte!, ¡está loco, está loco, ayuda!
Pero no llegó a tiempo.
El joven bajó la mirada y se metió las manos en los bolsillos. Sacó una castaña.
- Mira, qué gracia. ¿Sabes cuánto tiempo lleva esto aquí?. Un año, un año exactamente. Desde la última vez que nos vimos. Compré un cucurucho a una castañera en Lavapiés ¿te acuerdas que te lo conté?. No quise volver a ponerme esta chaqueta desde entonces. Y mira, volver a ti, a ese día gris del otoño de Madrid. Se cierra el círculo.
Estoy muy solo. Te echo mucho de menos. Ya lo hemos hablado otras veces pero yo no puedo cambiar las cosas. Estaré loco como me dicen muchos. Sí, puede que lo esté. Pero mi realidad eres tú y eso no puedo negarlo, ni obviarlo siquiera. ¿Es que puedo vivir sin ti?. ¡No!. Cada día, cada minuto de cada día, cada segundo estás en mi cabeza. Te necesito para levantarme, para trabajar, para relacionarme con los demás. Sin ti no soy nada. Eres mi novia. Mi futuro. Sólo te tengo a ti. Sin mi novia no soy nadie. Todos están deseando conocerte, y yo les pido paciencia, una y otra vez, pero no podemos esperar más.
El muchacho bajó la voz. Se dio cuenta de que lo miraban. Guardó silencio un momento y prosiguió.
-A veces pienso que no me quieres, pero no. Eso no puede ser. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y ha habido muchas ocasiones en las que habrías podido abrirme los ojos respecto a tus verdaderos sentimientos hacia mí, si es que fueran esos. Y no lo has hecho. No, no, no. Si no me quisieras yo ya lo sabría. Claro que me quieres.
Dios mío, qué guapa estás con ese vestido. Te reirás de mí, pero sabía que hoy te pondrías ese vestido. Sí, ríete, ríete. Lo sabía. ¡Y el abanico!, sobre el abanico tenía dudas, pero ahí está. Qué belleza Dios mío, qué guapa estás.
El joven suspiró, el suspiro más hondo que jamás se haya escuchado. Después, miró fíjamente a los ojos de la muchacha.
- Ven, dame la mano.
Y le tendió la mano con determinación.
- Dame la mano por favor, sin juegos. Dame la mano….Soy un hombre. No juegues más conmigo….¡Dame la mano te digo!
Varias personas habían estado presenciando la escena, y poco a poco se fue acercando más gente. El muchacho se giró hacia ellos y gritó,
- ¿Qué hacen ustedes ahí?, ¡déjennos en paz, esto no es asunto suyo!
Y se volvió de nuevo a la muchacha.
- ¡¡Dame la mano ya, o te mato!!, ¡estoy dispuesto a matarte si no me hablas hoy!. ¿No?, ¿No?.
Sacó una navaja automática del bolsillo y la abrió en un clic. Una mujer uniformada se acercó corriendo
-¿Qué hace?, ¡atrás!, ¡atrás!, ¡eso es una obra de arte!, ¡está loco, está loco, ayuda!
Pero no llegó a tiempo.
¡Vamos, vamos, eres buena y lo sabes, hay que trabajar más!
ResponderEliminarDesde el punto de vista psiquiátrico no es creible, no hay locos que se crean que su novia es un cuadro, las motivaciones para cargarse una obra de arte-la Pietá, por ejemplo-son otras `pero desde el punto de vista literario es muy bonita la historia y el giro final tiene agilidad e interés.¿Por qué la castaña? Da la impresión que tiene que ver más con un auténtico recuerdo personal que con la historia. La castaña es lo único que descoloca...Pero el resto de la historia, impecable, sólida.Un libro de cuentos, antes de la novela te está esperando...
ResponderEliminarnada peor que la indiferencia
ResponderEliminarMás que un libro de cuentos, podría ser un libro de relatos cortos tipo Nocilla Experience, gratuito y descargable desde aquí...
ResponderEliminarHermoso relato. Tan real…
ResponderEliminarNo sé, yo lo veía venir desde el principio. Será que he escuchado demasiadas veces a Serrat "Era la gloria vestida de tul...".
ResponderEliminarAna G
"...con la mirada lejana y azul..."
ResponderEliminarHay más antecedentes:el est Pigmalión se namoró de su estatua Galatea y logró que la diosa Venus
ResponderEliminarla convirtiera en mujer y entonces la tomó como esposa.-
Una bella leyenda de Bécquer llamada "El Beso"
en el que un oficial francés en la guerra de la Independencia encuentra en un castillo de Toledo
una bella estatua de una dama, Elvira de Castañeda de la que se enamora. Al lado está la estatua de su esposo. En una fiesta con los otros oficiales el francés enamorado lanza su copa contra la estatua del esposo y hace ademán de besar en los labios a la estatua.Entonces el caballero esposo lanza un golpe mortal al enamorado.Es el estilo romántico.
En el séptimo círculo del Infierno de Dante, reservado a los violentos, en el tercer recinto donde se encuentran los violentos contra Dios, la Naturaleza y la Sociedad en un espacio de arena,estos son atormentados lloviéndoles bolas de fuego. Por eso yo que estoy entre ellos estoy esperando tus bnolas de fuego,¿ para cuando la próxima?
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